EXTRAÑO ENCUENTRO

 

-Te necesito…, le dijo, mirándola a los ojos, con la vergüenza de quien sabe que sus palabras pueden estar presas dentro de muchos significados.

El calor de la taza de café comenzaba por fin a calentar sus manos. Era un invierno crudo y persistente. El bar se había convertido en un buen refugio. Paredes pintadas con frases de estudiantes, leyendas de noches aburridas y firmas anónimas. Vigas de madera en un techo muy alto. Un mostrador amigo bostezando humo desde una bandeja repleta de posillos…

Sus ojos, marrones, disfrazados por un rimel barato de varios días, se enmarcaban en pestañas duras y secas, pero aun así, eran muy expresivos, y en respuesta a las palabras de Rubén, se abrieron y entrecerraron con rapidez.

-Vos sabés… -titubeó- para esto no necesitabas traerme aquí…

-No, esperá, te preciso para otra cosa.

Ahora sí se puso tensa. Hacía mucho tiempo que conocía la calle, y si bien el trabajo no era como antes, sobrevivía. Había estado en muchas cosas, pero nada raro, y ¡eso que ahora se veía de todo!

-Escuchame ché, ¿qué es lo que querés?

Rubén, percibiendo su desconfianza, se apuró a decir:

-Que me cuentes tu historia…

Hacía varias semanas que la venía observando desde ese mismo bar. Vanesa, como se hacía llamar, era como todas, sin embargo, llevaba en su figura una dignidad que le ganaba de modo constante al mal gusto que suele poseer esa clase de mujer.

Sus cuarenta y dos años podrían aportarle todo el material que él necesitaba y a la vez, podría recubrir el relato con ese aire inocente que se desprendía de ella, por increíble que pudiera parecer.

Su rostro, su forma de hablar y hasta la forma de mover las manos revelaban una persona cuyo destino había cometido un grave error.

-¿Mi historia? -preguntó interesada- ¿qué sos?, ¿policía?

-No, soy escritor, le contestó, mirando fijamente sus labios contenidos en una especie de puchero.

-¿Escritor? (Ahora, más relajada…)

-Si, ¿sabés?, estoy escribiendo una novela. Un tipo importante que se enamora de…

-¡No me hagás reír!,- lo interrumpió soltando espontánea su risa. Eso ya no se ve ni en el cine, los tipos importantes nunca se enamoran de nosotras.

-Éste sí, pero lo que quiero mostrar es más que una ficción. Mirá, el tipo descubre que ella es lo único sincero en su vida y se enamora de eso ¿entendés? Así puedo escribir sobre todo lo que lo oprime: las presiones y exigencias familiares y sociales, su entorno, un laburo que lo comprime y lo corrompe sin poder zafar, en fin. Termina dándose cuenta que conoce sólo a una persona que es honesta con él, la que de verdad le vende lo que él paga.

-Y ¿qué querés que te cuente? El tipo al final se podrá dar cuenta que lo atan cosas fuertes a ella, pero no “se queda” con ella. Además, mi tiempo vale, aunque sea de esta forma…

-Por supuesto, poné el precio, pero no me matés, que todavía no soy un escritor famoso… Necesito que me cuentes cómo empezaste, tu relación con las otras, acordate que no apunto a “Mujer Bonita”; esto es otra cosa, quiero hablar de nuestras miserias.

-Está bien, aunque creo que como vos planteás la relación de ellos, va a parecer algo noble y no lo que es: barro.

-Epa, -esas palabras habían sonado desafiantes en su boca, tomándolo por sorpresa. Barro… suena como pecado… ¿no es un laburo?

Los ojos de Vanesa se desviaron hacia el exterior. El ritmo conmovedor de la llovizna se le había pegado a la piel, a esa piel que el tiempo no se permite tocar.

En silencio, Rubén puso en funcionamiento su grabador. Era un momento mágico. Sus preguntas habían iniciado el camino de la evocación. Ella ya no estaba allí, aun cuando sus dedos continuaron revolviendo un frío café, cómplice de un extraño encuentro de una ciudad cualquiera.

Acerca de Patricia Bottale

Profesora de Historia. Investigadora área de historia y literatura de la Universidad Católica de Rosario. Escritora: ensayos, antologías, narrativa y poesía. Colaboradora de revistas nacionales e internacionales. Directora de los talleres literarios de escritura en la librería El Ateneo, en el espacio de diseño y cultura“Si supieras, vida mía” y en Sancor Seguros, Broker del Boulevard. Responsable de los micros de literatura de los programas de radio y TV. Escritora de prólogos y correctora de libros. Cursos de Redacción Bolsa de Comercio, Fundación Libertad, Colegio de Escribanos (Rosario y BsAs), y Taller Literario en Patio Bullrich BsAs. Su último libro fue prologado por el escritor Marcos Aguinis, y es autora de la obra “Un lugar para Francisco”, Gala del Bicentenario.
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Una respuesta en “EXTRAÑO ENCUENTRO

  1. Javier Paris dijo:

    confieso no ser un experto en técnicas literarias..pero el estilo de este relato es de los que prefiero. Lo noto dinámico y a la vez entendible. Me gustó mucho, tal vez surgido sin demasiadas expectativas pero logró llevarme a la imagen de ese bar y sus protagonistas. Gracias!

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