Tantos hombres que la guerra
se ha llevado a ninguna parte.
Y tantos fusiles que han disparado
contra niños indefensos en la tierra.
Tantos ríos de sangre que corren
entre los cuerpos, despojados de vida.
Y tantas vidas que la insensatez
despellejo, aniquilando los sentimientos.
Tantas almas que se elevaron
hacia la cúspide de la libertad
y tantas murallas que se han caído
delante de nuestros ojos.
Tantos silencios, entre alambres de púa;
carne en descomposición entre tumbas.
Y tantos asesinatos sin esclarecer
atrapados en la memoria, en mis entrañas.
Tantos finales llenos de tristezas
amarrados en los recuerdos de los días.
Y tantos soñadores golpeados, por el sistema,
que aun pelean para seguir vivos.
Tantos ángeles que se han esfumado
sin poder amar, sin poder soñar.
Y tantas miradas perdidas en el horizonte
de las zonas, devastadas por el olvido.
Tanto fuego que nunca se apagara
en la claridad inmortal, de los ojos,
de los hombres, que aun luchan;
con las venas llenas de esperanzas y fe.