Lengua con intención de daga,
deshilachada pasión de sufrir poesía.
Silencio,
lejano río de sangre enredado en el dolor de una y mil batallas.
Pecho tibio,
inquieta tierra fértil a la espera de un zarpazo.
Hojas arremolinadas,
secas crujientes,
fuego fatal ,
inquietante espera.
Rezo escondido ,
apretujada mueca en el costado de la cara.
Sordo grito de impaciencia ,
humillada delgadez esquelética.
Cabello negro escondiendo canas que negándose reviven pasado.
Banderas que sin viento flamean ,
epítetos injuriosos,
llagas en el alma.
Soldado sin batallas ,
victorias negadas,
adversario ultimado a gritos.
Olor a pleito ,
trunca razón de quien no tiene ni miseria.
Carne tierna sobre el asador de la dialéctica,
escusa pagana de querer ser algo que no se es.
Retorno pactado,
cerrar y abrir de ojos ,
todo olvido.
Humo ,
silencio,
aullido tirano, charcos de lagrimas pisoteados.
Ultimado con el pecho abierto manejo el recuerdo,
visión fantasmal del futuro,
quijote gordo y apuesto.
Sudor de pueblo sobre la calle,
fuego ahogado,
botella rota, desnuda piedra.
Mañana joven ,
olvidada noche de hoguera y susurro,
lagaña trasnochada ,
mal gusto en la boca.
Todos de pie ahora, con cada minuto comienza la batalla final.
Pecho tibio,
inquieta tierra fértil a la espera de un zarpazo