De noche
caminé por esta ciudad llena de cosas, cosas vacías, casas llenas de gente, gente acompañada por la soledad de las voces de otras gentes que no estaban ahí, seguí caminando y me ví yo solo como los demás, pero me dí cuenta que estaba lleno de gente a mi alrrededor, sus caras sin rostro, sin boca, sin ojos, me seguían demostrando su soledad y la mía también, entonces no era bueno parar, mejor era seguir, seguir es mejor siempre, porque al menos está la posibilidad de encontrar gentes con boca, para comunicar, para besar, y ojos para verse y mirarse y enamorarse y terminar con la soledad, entonces seguí, y en las calles de una avenida me encontré con una puta que además adivinaba el futuro, me dijo: – por 100 rosas vas a ver las estrellas mi amor-, yo no quise ver las estrellas, pero si ví la miseria en sus ojos, la miseria de los hombres que no pueden controlar sus propias miserias y sentirse en paz con Dios y sentí piedad por ellos, y me vinieron ganas de llorar, pero me dí cuenta que ella por lo menos tenía ojos y boca y mirandola bién me dí cuenta que no era una puta pues era un ángel, disfrazado de puta, él se dió cuenta, y se esfumó, otra vez a seguir, a buscar otro ser para que me diga la verdad del mundo, por lo menos de esta ciudad llena de cosas vacías, llenas de soledad, como vino tanta soledad a este lugar?, hubo un tiempo que la gente cantaba, bailaba y daba la gracias por estar viva, por lo menos me gustaba imaginarmelo así, pero el hoy me hace ver las cosas con ojos ciegos, mi corazón busca el calor que perdió, en este camino de la ciudad de mucha gente sin rostro, creí que me había perdido, entonces me pareció ver a una gente con boca como para preguntarle el camino que me podía llevar a encontrar la gente que me dijera la verdad del mundo, pero de su boca salío otra pregunta:- eh? -Dije que quiero saber el camino de la gente que me diga la verdad de este mundo.- Y otra vez la misma respuesta:- eh? Entonces seguí pero podía seguir escuchando su conversación sin sentido, gente con boca pero de su boca salían discursos sin razón, sin sentido, todo el tiempo, eh? Eh? Y más eh? Por el camino, que cada vez se hacía más largo, y la noche se hacía cada vez más corta, me sentía cada vez más perdido, en esa misma avenida llena de luces, de autos veloces de gentes sin nada, vi alguna gente con ojos, y pensé que a lo mejor habrían visto a la gente que sabía la verdad de este mundo, entonces miré dentro de sus ojos, pero solo ví siempre la misma respuesta: eh?
Por favor donde esta la gente que sabe la verdad de este mundo…seguí caminando y la avenida terminaba en el principio de una ruta donde el horizonte se hacía infinito, allá a lo lejos se veían los primeros rayos del sol.
